En una entrada anterior contaba de manera breve lo que ocurría por los acantilados de la costa Pixueta, el tiempo que discurria y los movimientos de algunos pájaros delataban que algunos acontecimientos se estaban preparando.
Por mi parte también algunos acontecimientos familiares y un viaje ya programado podían hacer que me perdiese alguno de ellos, así que de regreso, _ por que no decirlo con cierta ansiedad y expectación contenida _ , y en la primera ocasión de que dispuse, me acerqué a comprobar si alguno de ellos se había producido.


Lo primero fue comprobar si la pareja de Cernicalos vulgares
(Falco tinnunculus) habían tenido descendencia, pronto me di cuenta que algo se movía debajo de la madre (1ªfoto) no cabía duda que la eclosión se había producido pero el instinto de protección de la madre hacia que las crías no quedasen al descubierto. Con un poco de paciencia permanecí en el lugar a la espera de la llegada del macho, . . . o que fuese la hembra la que se levantase a estirar un poco las alas o a cazar algo. Después de un periodo de espera (que se hizo mas largo de lo habitual) así ocurrió y dejó ver su exigua descendencia . . . . solo un
"pequeñuelo"!! , _ lo normal es que sus puestas sean de 4 o 5 _ , al estar el nido en una oquedad y tapado por una piedra frontal y otra lateral no pude ver si hay algún huevo sin eclosionar. Decepción?. . . No !! de todas las maneras si lo sacan adelante será una buena noticia.

También vimos algunas crías de Cormorán moñudo tan crecidas como sus progenitores , unos todavía con el plumón juvenil y que pronto volaran, y otros ya volando y reclamando la comida a sus padres en las proximidades. Parece que esta siendo un buen año para los
moñudos en la costa Pixueta (de Cudillero), o eso eslo que ami me parece.Seran los expertos en Cormoran moñudo (David Alvarez, Cesar.F.Laó y otros) los que con sus estudios y censos certifiquen si son acertadas o no mis observaciones.

Las Gaviotas patiamarillas son las mas , . . . a algunas de ellas exhiben se las ve con sus vástagos encaramados en los lugares mas inverosímiles como es lo habitual en estas fechas y por estos lugares.


Ell testimonio de estas fotografías muestran que las Chovas piquirrojas están a punto de abandonar el nido, enseñan sus bocas hambrientas a sus mayores en lo mas oscuro y umbrío del acantilado.
Cuantas cosas 0curren en unos pocos dias de ausencia, pero cuantas de ellas nos perdemos cada minuto que pasa ?. . . me gustaría asistir a cada uno de ellos, ser espectador en primera fila, pero el don de la ubicuidad no nos ha sido trasmitido a los humanos . . . ni a ningún bicho viviente que se sepa!!