Los ojos de las aves son más grandes en relación al tamaño del cuerpo que en el resto del reino animal.
Conocidos por su capacidad de visión son los del búho, los de las rapaces en general, pero a mi me los que me llaman la atención son los "ojazos" del chorlito gris, un pájaro peculiar que me puede tener un buen rato ensimismado. . . . , imaginando la cantidad de cientos o miles de kilómetros que habrá recorrido para venir a parar a alguno de los estuarios asturianos o seguir camino hasta el Sur de África.
Intento entender el porqué de esos ojos tan grandes. . . . , sabido es que para emigrar con éxito a través de miles de kilómetros en la noche, las aves migratorias necesitan ver por dónde vuelan, navegar guiándose por las estrellas y el campo magnético de la Tierra.
Intento entender el porqué de esos ojos tan grandes. . . . , sabido es que para emigrar con éxito a través de miles de kilómetros en la noche, las aves migratorias necesitan ver por dónde vuelan, navegar guiándose por las estrellas y el campo magnético de la Tierra.
La percepción de campos magnéticos por aves migratorias se ha sugerido que es dependiente de la luz, así las aves mueven la cabeza para detectar la orientación de los campos magnéticos. Estudios sobre las rutas nerviosas de sus receptores visuales han determinado que las aves son capaces de "ver" los campos magnéticos.
La capacidad de los pájaros para recorrer tanta distancia en sus migraciones ha sido siempre un misterio. La revista PLoS ONE publicaba en 2007 un descubrimiento llevado a cabo por biólogos de la Universidad de Oldenburg, en Alemania, afirmaban que las aves pueden “ver” el campo magnético de la Tierra. Llegaron a esta conclusión observando los cerebros de los pájaros durante la orientación de un campo magnético artificial, descubriendo que en ese momento el área cerebral correspondiente al sistema visual se encontraba activa al 100%. Es decir, que algo “veían” al volar.
Anteriormente, ya se había descubierto que en las retinas de los ojos de los pájaros migratorios existen unas moléculas llamadas cryptochromos que varían su química en presencia de un campo magnético.
La capacidad de los pájaros para recorrer tanta distancia en sus migraciones ha sido siempre un misterio. La revista PLoS ONE publicaba en 2007 un descubrimiento llevado a cabo por biólogos de la Universidad de Oldenburg, en Alemania, afirmaban que las aves pueden “ver” el campo magnético de la Tierra. Llegaron a esta conclusión observando los cerebros de los pájaros durante la orientación de un campo magnético artificial, descubriendo que en ese momento el área cerebral correspondiente al sistema visual se encontraba activa al 100%. Es decir, que algo “veían” al volar.
Anteriormente, ya se había descubierto que en las retinas de los ojos de los pájaros migratorios existen unas moléculas llamadas cryptochromos que varían su química en presencia de un campo magnético.
De año en año se sabe mas sobre las diferencias de los receptores visuales de las aves y cada vez estamos un poco mas cerca de entender los enigmas de los grandes migradores. Un tema apasionante que anima a seguir empapándose de la bibliografia existente e intentar así comprender el porqué de los "ojazos" del chorlito.