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jueves, 12 de marzo de 2009

Meca cagome una Gaviota

De esto cada vez comen menos.Puerto de Cudillero 2009

Puerto de Cudillero 12/10/2008 (1)adulto(2) juvenil

Familia: Laridae.
Especie: Larus michahellis.
Nombre comun: Gaviota patiamarilla.
Nombre popular: Gaviota patiamariella,Gavilueta (Ast.)

Común entre las más comunes de nuestras gaviotas, oportunista entre los oportunistas denostada y declarada por Corporaciones Municipales y parte de la ciudadania como non grata por “su ruidosa y sucia vecindad ”, se la ve surcar el cielo de las ciudades del interior oteando los patios en busca de comida o rumbo a los basureros. Su predilección por los basureros en las ultimas décadas, _ de la que extraen un porcentaje alto de su dieta alimenticia _, hacen que sus colonias prosperen . Nada ocurre por que si, y más bien para mal que para bien a nosotros nos vá en ello una parte importante.

Y para que no nos olvidemos de ello _ quien sabe _ alguno de nosotros hemos recibido con una media sonrisa casi una mueca un recuerdo desde lo alto, cuando dábamos un paseo por el Puerto en nuestras Villas marineras. Al fin y al cabo para los foráneos es un marchamo turístico y poder contarlo al volver de vacaciones no está al alcance de cualquiera:

_ Meca cagome una gaviota_.

En desagravio a tanta incomprensión reproduzco unas líneas del Capítulo I .Primera Parte del relato de Richard Bach Juan Salvador Gaviota .

Capitulo I

Amanecía, y el nuevo sol pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo.
Chapoteaba un pesquero a un kilómetro de la costa cuando, de pronto, rasgó el aire la voz llamando a la Bandada de la Comida y una multitud de mil gaviotas se aglomeró para regatear y luchar por cada pizca de comida. Comenzaba otro día de ajetreos.
Pero alejado y solitario, más allá de barcas y playas, está practicando Juan Salvador Gaviota. A treinta metros de altura, bajó sus pies palmeados, alzó su pico, y se esforzó por mantener en sus alas esa dolorosa y difícil posición requerida para lograr un vuelo pausado. Aminoró su velocidad hasta que el viento no fue mas que un susurro en su cara, hasta que el océano pareció detenerse allá abajo. Entornó los ojos en feroz concentración, contuvo el aliento, forzó aquella torsión un... sólo... centímetro... más...Encrespáronse sus plumas, se atascó y cayó.
Las gaviotas, como es bien sabido, nunca se atascan, nunca se detienen. Detenerse en medio del vuelo es para ellas vergüenza, y es deshonor.
Pero Juan Salvador Gaviota, sin avergonzarse, y al extender otra vez sus alas en aquella temblorosa y ardua torsión _parando, parando, y atascándose de nuevo_, no era un pájaro cualquiera.
La mayoría de las gaviotas no se molestan en aprender sino las normas de vuelo más elementales: como ir y volver entre playa y comida. Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa, sino comer. Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que le importaba, sino volar. Más que nada en el mundo, Juan Salvador Gaviota amaba volar.

2 comentarios:

  1. Buenas fotos Esteban, a los jovenes de patiamarilla en Cudillero los llaman beones. Saludos Rafa

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  2. Me gustan las fotos. Y por seguir con "Juan Salvador gaviota" -...por ser diferente le desterraron...- Si leeis este libro, alomejor os caen más simpaticas.Enhorabuena.

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